CINE ARTE AUDITORIUM / PROGRAMACIÓN JUNIO 2019
Domingo 2 junio, 16.oo y 18.00 hs.
LA ÚLTIMA LOCURA DE CLAIRE DARLING (La dernière folie de Claire Darling, Francia/2018). Dirección: Julie Bertucelli. Guion: Julie Bertuccelli y Sophie Fillières. Fotografía: Irina Lubtchansky. Edición: François Gédigier. Elenco: Catherine Deneuve, Chiara Mastroianni, Alice Taglioni. Duración: 94 minutos. Calificación: apta para mayores de 13 años.
En esta transposición de la novela Faith Bass Darling's Last Garage Sale, de la estadounidense Lynda Rutledge, la acción se traslada a la actualidad en Verderonne, un pueblo cercano a París, durante los primeros días del verano. Claire Darling (la portentosa Catherine Deneuve), dueña de una lujosa casona llena de objetos de valor, luce confusa, aturdida, por momentos desvariada, y decide poner a la venta (a precio simbólico) pinturas, objetos y muebles antiguos. Es que ella está convencida de que está atravesando el último día de su vida y pretende deshacerse cuanto antes de todo.
En medio de la confusión general y la avidez de los vecinos, una amiga llama a su hija Marie (Chiara Mastroianni), quien luego de veinte años de ausencia regresa de forma urgente al lugar. El reencuentro entre madre-hija, dominado en principio por viejos rencores y acusaciones cruzadas, será la excusa para que la directora de Cartas de París vaya reconstruyendo la trágica historia familiar a través de varios y largos flashbacks.
Tragicomedia llena de espesura psicológica, melancolía, crueldad y negrura, se trata de un ensayo sobre el dolor, la culpa y la posibilidad siempre abierta de una (aunque sea mínima) reconciliación y redención. Un film duro, sin demagogias ni contemplaciones y con el plus no menor de ver a Deneuve y Mastroianni repitiendo en pantalla la relación que mantienen en la vida real. Diego Battle, La Nación, 11 abril 2019.
Domingo 9 junio, 16.oo y 18.00 hs.
DOBLES VIDAS (Doubles vies, Francia/2018). Dirección y guión: Olivier Assayas. Fotogtrafía: Yorik Le Saus. Edición: Simon Jacquet. Elenco: Juliette Binoche, Guillaume Cantet, Vincent Macaigne. Duración: 108 minutos. Calificación: apta mayores 13 años.
Cineasta prolífico y versátil, el francés Olivier Assayas deja claro con esta película de apariencia ligera que sabe perfectamente cómo construir una comedia sagaz, entretenida y sugestiva. La protagoniza un grupo de personajes bien definido: intelectuales, progresistas, enrollados en asuntos existenciales y entregados por completo al cada vez más inusual arte de la conversación. Los tópicos que abordan son precisos: reflexiones sobre la autoficción literaria y la muy actual pugna entre lo analógico y lo digital en la golpeada industria editorial ("Google está secuestrando nuestra memoria literaria", se dice en algún momento, con tono de evidente resignación). Ese desdoblamiento relacionado con los cambios tecnológicos funciona también como espejo de otro de anclaje más sentimental, el de la vida amorosa de gente de mediana edad que pendula entre la fidelidad y el adulterio. Se lucen especialmente Vincent Macaigne, un comediante excepcional, y Juliette Binoche, tan luminosa como aplomada en su papel. El moño de este refinado regalo cinematográfico lo pone nada menos que Jonathan Richman, con "Here Comes the Martian Martians", otra elección inteligente de un film incisivo y encantador rodado oportunamente en un granulado Súper 16 mm, guiño que sintoniza con su espíritu cargado de nostalgia por los modales de una época que, como es notorio e inevitable, empiezan a difuminarse. Alejandro Lingenti, La Nación, 23 mayo 2019.
Domingo 16, 16.00 y 18.oo hs,
Estreno exclusivo: LA BODA (Noces, Bélgica-Paquistán/2016). Dirección y guión: Stephan Streker. Fotografía: Grimm Vandekerckhove. Edición: Jerome Guiot, Mathilde Muyart. Elenco: Lina El Arabi, Sébastien Houbani, Babak Karimi, Nina Kulkarni. Duración: 97 minutos.Calificación: apta para mayores de 16 años.
Cuando el reconocido actor belga Olivier Gourmet hace su primera aparición --que será, apenas, secundaria--, bien avanzada la proyección de la película de su compatriota Stephan Streker, la ligazón con el cine de los hermanos Luc y Jean-Pierre Dardenne queda simbólicamente confirmada. Es que La boda, con su joven protagonista obligada a tener que tomar no una sino dos difíciles decisiones personales, posee algunas de las marcas del cine de los directores de El hijo y El niño, ambas protagonizadas por Gourmet. Streker, sin embargo, no adhiere por completo al estilo seco dardenneniano y su tercer largometraje forma parte de una cierta tendencia del cine europeo contemporáneo: la descripción del choque cultural y religioso entre las distintas generaciones de inmigrantes, entre aquellos que llegaron tiempo atrás desde un país remoto y sus hijos e hijas nacidos en suelo adoptivo. Una convivencia cotidiana -en el hogar y afuera, en el mundo- con usos y costumbres no siempre compatibles y, en más de una ocasión, indisimulablemente enfrentados.
Zahira Kazim, hija de inmigrantes paquistaníes -y, por lo tanto, musulmanes- afincados en un suburbio de Bruselas, acaba de cumplir los dieciocho años y todavía se encuentra cursando el último año de la escuela secundaria cuando se entera de un embarazo no buscado. Ya la primera escena la ubica entre la espada y la pared: practicarse un aborto, como desean sus padres y su hermano mayor, de manera de poder mantener las apariencias, o seguir adelante con la gestación a espaldas de la familia. Zahira (la muy expresiva actriz debutante Lina El Arabi) duda, reflexiona y vuelve a dudar, y es entonces que la situación se complica aún más cuando se le anticipa, sin lugar a pataleos, que deberá elegir entre tres pretendientes paquistaníes y casarse en la madre patria siguiendo al pie de la letra las costumbres. No sólo Papá (el iraní Babak Karimi) y Mamá resultan extremadamente conservadores; también su hermano está dispuesto a convencerla de que lo único correcto es seguir las reglas de la tradición. Si hasta su hermana mayor, quien pasó en su momento por un trance similar y llega desde el extranjero para ayudar en el asunto, le comentará que una cirugía de reconstrucción de himen y tener mucha paciencia son la solución para todos sus problemas.
La boda alterna los diferentes puntos de vista de los personajes principales, pero durante casi todo el metraje Streker se concentra en la joven heroína, en sus conflictos interiores, sus rebeldías y también sus culpas. Y si bien no quedan dudas -durante gran parte del trayecto y, en particular, luego de la no tan imprevisible escena final- dónde están depositadas las simpatías, la película intenta esquivar la denuncia simplista de la violencia, literal y metafórica, de una cultura patriarcal y machista. En cambio, el guion pone en constante tensión dos maneras casi opuestas de comprender las relaciones sentimentales, el matrimonio y el lugar de la mujer en la sociedad. La misma Zahira, al fin y al cabo una chica que apenas comienza a transformarse en mujer, se mantiene indecisa entre los deseos más íntimos y el respeto y obediencia al clan. El rector de la familia Kazim, lejos de encarnar en un monstruo violento y unidimensional, es retratado como un hombre tan anclado en los dogmas culturales y el orgullo personal y familiar que no logra darse cuenta a tiempo de que está a punto de perder lo que más ama. Diego Brodersen, Página 12, 21 febrero 2019
Domingo 23 junio, 16.oo y 18.00 hs. Estreno exclusivo:
EL ARTISTA ANÓNIMO (Tutematon mestari, Finlandia/2018). Dirección: Klaus Haro. Guión: Anna Heinamaa. Fotografía: Tuomo Hutri. Edición: Benjamin Mercer. Música: Matti Bye. Elenco: Amos Motheru, Stefan Sauk, Pirjo Lonka, Duración: 95 minutos, Calificación: apta mayores 13 años.
Olavi es un viejo galerista de Helsinki siempre atento a descubrir joyas artísticas en subastas para revender en su local. Un día cree estar ante el mayor negocio de su vida: se remata un cuadro anónimo que él le atribuye a un gran maestro ruso y por el que podría obtener una pequeña fortuna. Mientras investiga los asideros de su teoría, reaparecen en su vida su única hija y su nieto, con quienes casi no tiene vínculo.
El artista anónimo transita entre el suspenso y el drama. Por un lado, cautiva con su inmersión en el mundillo de las subastas y los comerciantes de arte (llamar marchand a este dueño de un negocio de barrio tal vez sería demasiado pomposo). La película también atrapa con toda la intriga que rodea a ese retrato de un hombre con barba: ¿será una joya desconocida del célebre pintor Iliá Repin o se tratará de una obra más entre tantas? ¿Alguien más comparte las sospechas de Olavi?
Pero el finlandés Klaus Härö no quiere limitarse a contar un misterio, sino también hablar de la oportunidad de revancha profesional para un hombre que ve cómo se acerca el final de su vida activa sin grandes logros y con alguna penuria financiera. Antes de jubilarse, el arte puede salvar no sólo su economía, sino también su orgullo y más aún, su vida familiar: casi a su pesar, los cuadros pueden funcionar como un vehículo de acercamiento a ese nieto adolescente al que nunca quiso tratar.
La narración se mantiene a flote en tanto y en cuanto es seca, fría y distante como su protagonista. Y se pincha cuando Härö -algo parecido a lo que le ocurría en El esgrimista, de 2015- traiciona el carácter de Olavi para ceder a la tentación de arrancar lágrimas de los ojos del público dándole a la historia una previsible y empalagosa emotividad. Gaspar Zimerman, El Clarín, 5 mayo, 2019
Domingo 30 junio, 16.oo y 18.30 hs. Estreno exclusivo:
LETO (Leto, Rusia/2018), Dirección: Kirill Serebrennikov. Dirección: Kirill Serebrennikov Elenco: Teo Yoo, Irina Stasherbaum, Roman Bilyk, Anton Adasinsky, Liya Akhedzhakova, Yuliya Aug, Flipp Avdeev Duración: 126 minutos. Calificación: apta para mayores de 13 años con reservas.
La Unión Soviética, que no existe más. Leningrado, que no existe más con ese nombre. Verano de 1981, los momentos iniciales de la década del ochenta del siglo pasado, que no existen más. El rock como aglutinante, contraseña, energía compartida, ¿eso sigue existiendo? La película del ruso Kirill Serebrennikov –el del notable melodrama Yuri’s Day y el mismo que estuvo preso hasta hace muy poco luego de esas circunstancias que se repiten en la actual Rusia de Putin– no intenta hacerse esa pregunta, sino que quiere llevarnos a un pasado que ilumine el presente. Esa iluminación no es solo una aproximación en términos de conocimiento o revelación, sino más bien un intento de aportar vitalidad, calidez, resplandores. En realidad, más que un intento, Leto es una aseveración amable, con una mueca triste en una sonrisa tenue pero convencida, una de esas películas que ofrecen refugio de colores en la grisalla, y cobijo emocional sin volverse extraintensas. La historia parte del joven Viktor Tsoi, músico con influencias inglesas, y su encuentro con su venerado y mítico Mike y su esposa, la bella Natacha. Pero Leto, más que sobre personas y sus memorias basadas en hechos –o recuerdos– reales o casi, es una película sobre esos intersticios en los que la opresión obtusa era combatida con algo así como sueños, sonidos y fugas estéticas, que la película reproduce con raptos visuales y musicales cargados de osadía y encanto. Javier Porta Fouz, La Nación, 23 mayo 2019
Recordar :
Cine Arte - programación Junio en Auditorium - Bvrd. Marítimo 2280 desde el domingo 2 de junio hasta el domingo 30 de junio de 2019
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11 dic 2023
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